Thursday, June 24, 2010

DIA 1, Sobre quién era yo por entonces…


¿Y ahora qué? Me pregunté mientras aún estaba en el avión. ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a hacerlo? ¿Realmente sé por qué quiero hacerlo? Tenía las respuestas al dónde: Malaui, y al cuando: ahora, pero todavía me quedaban pendientes tres de las cinco grandes preguntas que todo periodista debe hacerse. Esperando que respondería a ellas en los siguientes treinta días entendí que simplemente me encontraba en el camino para convertirme en un fotoperiodista.

Lo cierto es que por aquel entonces no pasaba por el mejor momento de mi vida. Había atravesado un triste (pero a la vez totalmente necesario) momento de cuestionamiento de todo lo acontencido en mis veintiséis años de vida. Preguntándome, cuestionándome… ¿simple deformación profesional? ¿Cómo es posible, si ni si quiera sabía si realmente quería dedicarme al periodismo o no? Pero bueno, llegaremos a estas reflexiones en algún otro punto de la narración…

Cuando hicimos la escala en Etiopía, comprendí que había cometido un grave error. Hay tres forma de ir a Malaui si decides hacerlo por avión: a través de Nairobi, de Johannesburgo, o por último a través de Addis Abeba. ¿Cómo pude ser tan estúpido? ¿Cuáles son las posibilidades de pasar por Etiopía y no permanecer allí? Mi relación con ese país, con su cultura y con su gente ha sido una historia de amor a primera vista. Mientras mayor es el tiempo que paso allí, más claro veo que algún día volveré allí con un billete sólo de ida. Por tanto, allí estaba yo, llegando a Addis, leyendo la prensa local, revistas y todo lo que cayera en mi mano de entre lo que las azafatas ofrecían. Y pensando en ellos, en los niños…

Aquellas cinco horas en el aeropuerto internacional de Bole iba a ser, sin duda, las cinco horas más largas que uno pudiera imaginar. Decidí dormir para no pensar en ello.

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